Retablo barroco de comienzos del siglo XVIII, realizado en madera dorada, estofada y policromada. Se compone de banco, dos cuerpos, tres calles y ático. La decoración es a base de columnas salomónicas de diferente tamaño y motivos vegetales.
En el banco se sitúa un Sagrario enmarcado por columnas salomónicas en cuya puerta aparece el jeroglífico eucarístico del pelícano alimentando a sus crías. Su interior está configurado por los antiguos paneles tallados, dorados y policromados del primitivo sagrario de la parroquia.
La parte central la ocupa un gran arco de medio punto decorado con roleos y hojas carnosas. En su interior una hornacina flanqueada por un par de columnas salomónicas a cada lado. Dentro de ella se ubica la imagen del Dulce Nombre, de comienzo del siglo XVII, en madera policromada atribuida a Juan de Oviedo y de la Bandera. Por encima de los dos pares de columnas que rodean la hornacina central nos encontramos una combinación de pinjantes, cornisas cóncavas y convexas y roleos.
El Dulce Nombre, en madera policromada, de facciones delicadas, ofrece serenidad en la imagen. El modelado y la delicada policromía, muy nacarada y en tonos sonrosados ofrecen una terminación adecuada de la imagen. Recientemente, Torrejón manifestó que la imagen puede relacionarse con la obra de Montes de Oca ya que ofrece claras similitudes con los tipos familiares del artista.
Los laterales del primer cuerpo lo ocupan esculturas de san Roque y san Blas, en madera policromada y donde aparecen columnas de estípites, lo que está marcando, claramente un cambio de estilo. En los del segundo cuerpo, en sendas ménsulas, esculturas de san Ginés y san Nicolás.
En el ático, San Lorenzo, del siglo XVIII. El retablo se remata con dos pequeños ángeles tenantes sujetando un gran medallón.
La cúpula está decorada con pinturas modernas. En la pared lateral, sobre la puerta de entrada a dependencias de la hermanda del Dulce Nombre, pintura con escena de la infancia de Jesús.