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Los azulejos del gran zócalo y del banco son de cuenca o arista, característicos de la primera mitad del siglo XVI, con motivos vegetales y geométricos, y vienen a sustituir, en muchos casos, a los de cuerda seca. Esta técnica decorativa en alfarería y cerámica consiste en la utilización de un molde que se aplica sobre la superficie cerámica cruda y blanda, previamente al proceso de decoración. El molde deja un relieve en el barro que se aprovecha para aplicar los colores que forman el motivo decorativo.
La pila bautismal es de mármol blanco y diseño renacentista y está soportada por un airoso baluarte. Pila y baluarte fueron colocados en 1553. La tapa es una pieza de madera policromada posterior del siglo XVIII.
La reja está realizada en madera torneada siguiendo un diseño protobarroco de comienzos del siglo XVII.
La Anunciación de Vasco Pereira
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La composición de esta obra deriva de la que Tiziano realizó para la iglesia del Salvador en Venecia, aunque con variantes. Esta pintura fue muy conocida en España gracias a un grabado realizado por el flamenco Cornelis Cort.
Las formas clásicas están presentes en el reclinatorio de la Virgen, con un grupo de tres ángeles y un arcángel tratado como victorias aladas. A diferencia de la Anunciación de Venecia, la figura del ángel es más monumental y miguelangelesca. Junto a ellas, el pintor introduce elementos simbólicos, como el jarrón de azucenas o la filacteria con la inscripción del saludo del arcángel San Gabriel. Al mismo tiempo, añade algún detalle cotidiano, como el gato sobre el cojín que aparece en el fondo.
Esta obra formó parte de un retablo, para un oratorio particular, encargado por la duquesa de Arcos Doña Teresa de Zúñiga y Sotomayor, esposa de Rodrigo Ponce de León, III duque de Arcos. El retablo del que formó parte esta pintura lo montó el propio artista en la fecha que coincide con la de la firma de la propia tabla, 1576.
El autor, Vasco Pereira (Lisboa, 1536/7 – Sevilla, 1609), se formó probablemente en Sevilla donde residió desde joven, atraído por su importante actividad artística, y donde contrajo matrimonio. Fue un claro representante de la tendencia manierista en la pintura sevillana, aunque acabó aproximándose al naturalismo. debió ser un hombre muy culto como se deduce de su importante biblioteca y su muy nutrida colección de grabados. Su colección de estampas pasó a Juan del Castillo y a partir de él fue conocida por Alonso Cano y Murillo.