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Realizado por Francisco Casaus, 1765-1768. Se trata del segundo retablo dedicado a San José realizado en el siglo XVIII para este templo. Se adaptó a las proporciones de la cabecera lateral de la Epístola y supuso el abandono de otro, más modesto, realizado no mucho antes.
El cuerpo del retablo está articulado mediante unos estilizados estípites que enmarcan la vitrina central. Se completa la decoración con dos tondos dedicados a la Virgen y a San José. El ático lo preside la figura de Dios Padre.
El grupo central sigue el modelo itinerante y con una composición clásica en la escuela sevillana. La figura del santo se ha logrado dinamizar gracias a la airosa composición de los paños. Por su parte, la figura del Niño transmite espontaneidad y viveza. Hay constancia documental de que esta imagen se compró en Sevilla entre 1731 y 1735, pagándose 2.421 reales.
Este grupo escultórico es de Pedro Duque Cornejo, que era nieto de Pedro Roldán y sobrino de la Roldana. Esta obra se realizaría entre las de San Luis de los Franceses y el retablo de la Virgen de la Antigua de la Catedral sevillana. En Marchena intervino en el retablo de la Soledad y en el coro de San Juan.