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Cuenta con coro bajo y alto, ambos situados en la zona de clausura, situado a los pies de la iglesia y separado de ella por una reja y un comulgatorio. Está cubierto con bóveda de cañón rebajada, con lunetos.
Está decorado con yeserías con motivos florales y alegorías de la Virgen, pinturas murales en bóvedas y muros y multitud de grabados enmarcados de diferentes autores donación de la duquesa de Arcos Da Guadalupe de Lancaster y Aveiro. La sillería pertenece al siglo XVIII con dos sitiales independientes.
En el muro opuesto a la reja, se haya un retablo de la Virgen del Socorro, del siglo XVIII, de escayola y telas encoladas, policromadas, decorado con estípites, ángeles y dosel. Imagen titular de candelero, del siglo XVII, con el Niño de madera tallada, cetro de plata del siglo XVII y un medallón de oro y esmaltes. En el ático, crucificado de madera policromada, del siglo XVIII. Sobre el muro, pinturas de martirio de Santa y Dolorosa y seis grabados coloreados del siglo XVIII.
A ambos lados de retablo, dos hornacinas. En una San Antonio, en madera policromada, siglo XVIII, y cruz de altar de madera y nácar, del siglo XIX. En la otra hornacina, Santa Catalina de Alejandría, en madera dorada y policromada, siglo XVIII, con crucifijo de madera policromada del siglo XVI.
En el pavimento lápida sepulcral de la venerable Sor María de la Antigua, en mármol rojo. Hay un óleo sobre lienzo con la imagen de la Virgen de Guadalupe, del siglo XVIII. Sobre los muros: pinturas sobre tabla del Ecce Homo (siglo XVII), Buen Pastor, San Juan Bautista Niño, Pelícano Eucarístico, Vía Crucis de madera y nácar con labores de taracea (siglo XVIII), etc. Cuenta, entre otros elementos, con un órgano con caja del siglo XVII, redecorado en el siglo XVIII con decoración floral, chinesca e imitación de mármoles. Conserva completo los fuelles. La estancia ha sido restaurada por la Escuela Taller de Marchena en la década de los años noventa del pasado siglo XX.